martes, 23 de agosto de 2011

Masacre en el puente Llaguno: una oda a la desinformación

La sangrienta tergiversación de la realidad que mutilo la veracidad de los medios venezolanos. Por Joaquín Muiño Aguilar.






Mientras la ensordecedora lluvia de balas caía sobre los manifestantes, otra batalla, menos sangrienta y silenciosa, pero llena de trampas y mentiras, se desarrollaba en los medios: la de la realidad contra la tergiversación y la fabula.


Los sucesos de aquel día negro en la historia de Venezuela, no solo dejaron muertos y heridos; también sacaron a la luz los trapos sucios y los intereses que se esconden detrás de quienes manejan los medios de comunicación masiva. Desde antes del mediodía del 11 de Abril del 2002, los noticieros ya informaban al pueblo sobre los hechos que, mas tarde ese día, iban a desembocar en el golpe de estado contra el gobierno de Hugo Chávez. Las cámaras seguían con omnisciencia los movimientos de los manifestantes de ambos frentes, (bolivarianos y opositores), cuando los primeros disparos comenzaros a caer, desde una dirección casi desconocida, sobre las personas que marchaban. Es aquí cuando comenzaron los hechos sangrientos que dejaron un saldo de 19 muertos y 72 heridos. Y que también dejaron en la memoria colectiva otro deceso: el de la veracidad mediática.


La realidad fue “editada” por los operadores de las grandes cadenas informativas venezolanas, para dotar de un sentido distinto a las imágenes grabadas del que realmente representaban: una toma de video de manifestantes con armas de fuego, resguardándose en el puente Llaguno de los disparos de los francotiradores, fue reproducida hasta el hartazgo con bruscas modificaciones. De esta forma, se quería buscar culpables donde solo había inocentes.


Esto es solo un ejemplo del burdo accionar de los medios durante ese día. Pero esto no es un caso aislado. Las grandes cadenas mediáticas han operado de acuerdo a ciertos intereses en muchos casos, intereses propios o ajenos, pero que en definitiva tienen un peso importante a la hora de decidir que y como comunicar.


La realidad ha sufrido a lo largo de la historia desfiguraciones a la hora de ser comunicada. El pueblo venezolano y su realidad, no ha sido la excepción.

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