viernes, 26 de agosto de 2011

Distintos puentes, el mismo encubrimiento



Los hechos ocurridos en Puente Llaguno, Venezuela y Puente Pueyrredón, Argentina tienen en común un factor clave: la cobertura mediática que recibieron. Informe y opinión sobre las relaciones de poder con el periodismo. Por Nicolás Carrizo.








“La Masacre de Caracas” ocurrió el 11 de Abril de 2002, Puente Llaguno, Venezuela. El pueblo marcha en contra del Gobierno de Hugo Chávez. Sus seguidores, marchan a su favor. Hubo un violento encuentro entre ambos grupos de manifestantes, pero los homicidios los cometieron los policías, puestos como francotiradores desde un edificio de la Avenida Baralt, donde se produjeron los incidentes.  El saldo: diecinueve muertos y setenta y dos heridos.



Dos meses después, el 26 de Junio de 2002, en el Puente Pueyrredón de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, ocurre algo parecido, “La Masacre de Avellaneda”. El pueblo marcha en contra del Gobierno y la policía reprime. En medio de los hechos violentos, la policía dispara en contra de dos de los manifestantes. El saldo: dos muertos a sangre fría.



¿Meras casualidades? Quizás. Lo que no es casualidad y es el factor que más vincula estos hechos, es el trato que los medios de comunicación locales hicieron sobre el mismo.

Venevisión, canal de TV venezolano, publicó la misma noche de los incidentes de Puente Llaguno un video en el que se mostraba a manifestantes bolivarianos disparando desde el puente hacia abajo donde, según la prensa del canal, se encontraban las personas de la otra marcha. Gracias al documental “Claves de una masacre, se pudo comprobar con otra filmación desde un ángulo distinto que los bolivarianos disparaban defendiéndose de la policía que los atacaba con armas automáticas desde un hotel de enfrente. Al final, los que Venevisión acusó de homicidas, fueron absueltos por acto en legítima defensa. Está más que claro que no fue una equivocación, sino un aprovechamiento del medio para enfocar solo una parte de la realidad y de ésta manera inculpar a quienes no habían cometido los crímenes.



Clarín, diario argentino, publicó en su tapa al día siguiente de las muertes en la estación de Avellaneda que se desconocía quiénes habían sido las personas que efectuaron los disparos. Y hasta dio a entender que los homicidios se dieron entre los mismos “piqueteros”. El documental “La crisis causó dos nuevas muertes” (nombre en honor a la tapa que el diario de ese día), hace un repaso de todo lo ocurrido en la redacción del periódico más importante de Argentina, que 48 horas después difundió imágenes anteriores y posteriores a una de las muertes, inculpando así a los efectivos policiales. ¿Por qué no las publicó antes? Necesita encubrir a los actores del hecho y a sus responsables políticos. Una muestra de cómo se oculta la información intentando silenciar algo que pasó, y contradecirse días después al ver que los demás medios lo divulgaron.



Ambos medios (Venevisión y Clarín) ocultaron o tergiversaron información que tenían para que salgan favorecidos los hombres de poder con quienes tenían relación. ¿Los perjudicados? Los muertos, sus familiares y el público, que captó una historia cambiada. Y si, los medios manipulan. En Venezuela, en Argentina y en donde haya alguien que ponga sus intereses por delante del deber periodístico de informar la realidad objetivamente.

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